lunes, 27 de agosto de 2018

27/6/2018 Ponferrada - Carucedo

Ponferrada. Ese fin de semana se celebran las fiestas de los templarios


Mañana fresca, nubes, ojalá dure toda la caminata.
Sensaciones raras al dejar el Camino Francés, los peregrinos que hemos conocido. Nos despedimos de Eva, le pediré que mande una foto para el blog.

Eva. Mandó la foto llegando a Santiago



Empiezan las soledades, o una especie de soledad: vamos José Antonio y yo, no más, pero no voy solo. De vez en cuando me abstraigo, no lo suficiente. Hago fotos, pero no me dejo llevar, que tal vez es lo que me gustaría. Cuando tocan cuestas, él va tirando. Si fuera yo solo, la cabeza me jugaría alguna que otra pasada.



Cerezas. Los arboles están llenos de cerezas, tantas que ni las recogen. Nos invitan a comer las que queramos, este año hay demasiada producción. Estupendo desayuno.



* Comentario después del Camino: por coincidencia o por lo que sea, el primer libro que he leído al llegar ha sido Las cerezas del cementerio, de Gabriel Miró. Se podría decir que es andar otro pequeño Camino.



Se nota que es junio, todo está muy verde. La hierba cubre la senda y las zarzas ocultan las señales. Nos perdemos, ea.



Hablar con la gente de los pueblos siempre merece la pena: preguntamos a unas señoras si saben si el bar está abierto. Creen que no, pero como ven al nieto dentro del recinto me animan a preguntarle. El niño avisa a su abuela, abre, somos los primeros clientes. Nos termina explicando un atajo para evitar Villavieja y sus cuestas. Ganamos una hora de andar.




A la llegada a Carucedo pasamos a saludar a los padres de Alejandro. Nos liamos y terminamos comiendo con ellos, de la forma más natural. Luego en la Peregrina, al ver camas con sábanas, toallas, estar solos en el hotel, me emociona, me supera, ¿por qué tanto? me cuesta recuperarme.



Siesta, café y piscina. Ya nos lo tomamos a risa. Parecemos dos presos que nos hayamos colado en un spa. Isabel y Margarita, que han recibido indicaciones de Sami, nos facilitan todo.

Qué gustito. Se pueden observar que las uñas del índice del izquierdo y pulgar derecho están tomando un color que indica despedida


Terminaremos pensando que sí, que nos lo merecemos.

Sigo tristón.









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